Historia de una lucha
16 de abril del 2016,
Adolfo Ruíz Cortines, Salto de Agua, Chiapas
Un
mural no es más que el reflejo de la organización comunitaria, es el reflejo de
todos los sueños y significados de los que está dotada la vida del pueblo ch´ol
en resistencia.
Recordamos cuando soñamos
el mural, cuando se reunieron las y los niños con las mujeres y hombres a hacer
dibujos de qué era la vida para ellos y cómo veían a su comunidad, todos tenían
en común el amor por la tierra, los animales, el agua, la memoria y las
personas que componen esta comunidad, y pensábamos ¿si este no es el sentido de
una comunidad, entonces qué lo sería?
Cuando se piensa en los grandes megaproyectos
gubernamentales, pienso en lo nos hacen perder estos proyectos de muerte, pienso
en la destrucción de todo lo que nos hace sentir tijin´ña como ustedes dicen.
Vemos a las mujeres rebeldes pizcando el maíz hasta las 4 de la tarde, acompañadas de su perro
milpero y la sabiduría ancestral del cuidado de la tierra, las conocemos, las
queremos y valoramos su voz en nuestros talleres, sabemos que la comunidad todavía tiene
mucho que trabajar para poner en igualdad su palabra, pero sabemos que ellas y
algunas de sus autoridades tienen la visión común de que podemos construir un
mundo más igualitario o como dirían en los pueblos tseltales pajal y en el pueblo ch´ol Lah´jal para hombres
y mujeres, en el que todas tenemos información y tenemos el mismo derecho de
participar en los espacios de lucha, reflexión y difusión de la misma.
¿Cómo
recuperamos el tejido comunitario? Que esta fiesta sea para unirnos,
reunirnos, volver a ver lo que realmente
es importante, que esta fiesta nos quite la cara de tristeza, coraje y nos
ayude a hacer memoria pero de la buena, de la que mueve a los pueblos a luchar
y a organizarse.
Gracias
por permitirnos ser parte de esta historia de lucha, de muchos esfuerzos, y de su
puzical.
Casa de la Mujer Ixim
Antsetic
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